sábado, 28 de febrero de 2015

La mujer de tus despertares

Como todos los que hemos padecido la varicela sabemos, hay cicatrices que es complicado borrar, supongo que eso condiciona nuestra manera de ser o de actuar en el futuro.

Tengo bastante asumida mi personalidad idealista y soñadora. Esa capacidad para nunca tener los dos pies en la tierra, pero a medida que vas creciendo, vas conociendo más tus imperfecciones y tus cicatrices, y eso te hace ser quizás un poquito más consciente de la realidad.

Porque todos tenemos esas historias que por mucho tiempo que pase no conseguimos olvidar aunque creamos que sí. La mayor parte de las veces, simplemente porque no queremos.

"Y es que tú y yo nos pertenecemos siendo libres, tú no me sueltas aunque te vayas y yo no te suelto aunque me aleje"

Y si bien es cierto que soy fan de los cuentos, y de las historias Disney, creo también que en todo cuento existe una manzana envenenada, una rueca, un zapatito perdido o una rosa que pierde pétalos.

Supongo que la cuestión está en encontrar eso que hay en todas estas historias, la magia. No para hacer que desaparezca aquello que hace más difícil el camino, sino para saber caminar con ello.

No espero un beso que rompa el maleficio, ni que nadie mate al lobo, no necesito que me rescates de la más alta torre, porque en nuestra historia, lo que pasó cuando él la rescató de la torre, es que ella, lo rescató a él.

En este cuento no hay hermanastras envidiosas, ni reinas malvadas, no hay hadas madrinas, conjuros o hechizos.

El nuestro es un cuento sin perdices, aunque nadie podrá decirme que no fuimos felices.

Soy consciente de que ni tú eres un príncipe azul, ni yo la princesa de tus sueños.

Pero ¿sabes qué? que mejor, porque los sueños no son más que eso, sueños, y la mayor parte de las veces cuando te despiertas, no recuerdas lo que has soñado.

Por eso, no quiero ser la mujer de tus sueños sino la real, la mujer de tus despertares.

(S)