martes, 23 de diciembre de 2014

Navidad en la Gran Ciudad: Un día de furia


Llegan tan señaladas fiestas y la gente acude cual borregos al centro a ver la luces y a dar vueltas como manadas de zombies sin destino fijo, exceptuando los puntos clave que posteriormente nombraré. Creo que va siendo hora de que el ayuntamiento ponga unas normas para que andar por el centro de Madrid (y, seguramente, en tu ciudad de origen, oh fan) en Navidad no sea algo parecido a una partida del Supermario esquivando gente:

- Si vienes con niños no uses carrito: se que es cómodo plantar al niño en el carrito y arrastrarle por todas las calles mientras tu retoño se queda frito y tu te pones ciego a churros. Los carritos son usados por los padres como las cuadrigas de Ben Hur. Sirven para apartar de tu camino a la gente y que se jodan y se tengan que echar a la calle para que les atropelle un taxista malvado. También sirven para guardar provisiones como galletas que el niño chupará y luego arrojará a la acera para mayor adorno del centro, o para colgar globos que el hijo ha exigido que se compre y que son una fuente de diversión estupenda porque permiten cortar la cuerda cuando el padre/madre no este atento y pasar un rato estupendo aspirando helio y poniendo voz de pito. No lleves por tanto el carrito, que mejor que hacer que tu hijo vaya andando y descubra lo dura que es la vida y que va a tener que ir andando de acá para allá cuando sea mayor. Y si te obliga a llevarlo en brazos te aguantas que para eso es tu hijo.

- Si algo te mola no te pares en seco como un palo de zurrar mierdas: esto es algo habitual, tu vas entre la masa intentando adelantar cuando, de repente, se te para en seco delante una señora que, casualmente, ha descubierto que las luces de Navidad están encendidas. Señora, la regla es la siguiente: si va usted a pararse mira ligeramente hacia ambos lados para comprobar que nadie viene y se va hacia el lado que desee, sin molestar a nadie. Así no provocará que alguien le "perturbe" la parte trasera de su cuerpo.

- Llevar gorros de formas es de lerdos: es ideal la Navidad y todas las cosas, pero no pone por ningún lado que sea obligatorio ir con un gorro de anormal para diferenciarte, anormalmente, de los demás. Eso solo te abaja como persona y te convierte en un subproducto de la sociedad de consumo, además de en un lerdo de libro.

- A ver a donde vas: es habitual que la gente en Madrid vaya a comprar la lotería a Doña Manolita o a tomar churros a San Ginés. Si vienes a Madrid que sepas que hay mas sitios, a mi no me vuelven a ver en ninguno de los dos. El grado de agradabilidad de ambos sitios es tan grande que, o te sale la vena bombardeo de Napalm o cambias las tornas y dedicas la mejor de tus sonrisas a la dependienta y le dices "jamás en mi vida me había tratado alguien tan amabilisísimo, creo que es usted una de las personas con el sentido del servicio hostelero mas desarrollado e innato del mundo, le auguro una vida de grandes éxitos empresariales y sexuales." Si no pilla la ironía déjales propina.

Lo dicho, el centro esta bien pero que se impongan ¡YA! unas normas y que a los que no las cumplan se les aplique porra eléctrica o similar.
Feliz Navidad!

V

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