Siempre he escrito lo que me ha salido del Riau, dejandome
llevar por mis sentimientos, manera de pensar, sentir y ver la vida.
El otro día en El dentista hipster os recomendamos el primer
concierto de la orquesta Tecapo, y sinceramente os digo, no fue una
recomendación vana.
Todo el que asistió sabe de lo que hablo.
A mí ya me tenían ganada con el concepto “concierto de
bandas sonoras”.
Desde el primer momento, empezando con algunas de las
típicas canciones Disney sacaron una sonrisa a pequeños y mayores, para
continuar con temas como “Moon river” cantada con voz masculina, interesante
innovación.
El momento álgido de las voces llegó con “Music of the night”,
y si los músicos de Tecapo son grandes profesionales enmascarados bajo el
término amateur, las voces no se quedaron atrás y eso me hace pensar la cantidad
de gente con la que compartimos el día a día, el compañero de clase, de trabajo,
el conductor del autobús, la cajera del super o simplemente la que nos cruzamos
por la calle, que tiene un don especial, y la capacidad de emocionar, ya sea de
un modo o de otro.
Quizá por esto en El dentista hipster nos empeñamos en promocionar estas actuaciones, porque sabemos de primera mano que hay grandes artistas, con pequeños públicos, y nosotros queremos ser participes de su magía. Porque algunos pagan y se dejan la cabeza en planes originales e íntimos, y en la mayoría de las ocasiones, las tenemos más cerca de lo que pensamos.
Y es que la vida es apasionante, la vida a veces es un
tango, un bis a bis, un tú y yo, un entrelazar piernas, agarrar cintura, un aquí
y allí, el deseo de besar, de ser besado, un “Por favor que se besen”.
Conseguido “Por una cabeza”.
Cabeza que perdí como Eva por culpa de una fruta, en este
caso, no una manzana, sino una naranja.
Y si siempre he afirmado que hay pocas cosas más expresivas que una mirada, que las miradas dicen lo que las palabras callan...ZAPA! (en todos los morros) me encontré con una de las performance más expresivas que he visto en mucho tiempo, realizada con una venda en los ojos.
Y después de una buena cena o comida no puede faltar un postre, que a nadie le amarga un dulce, y pocas cosas más dulces que la voz del "May it be" de "El Señor de los anillos" que nos endulzó a todos el final adelantandose a temazos de "Indiana Jones", "Star Wars", "La Misión" o "Piratas del caribe".
Tengo una teoría, cada
día, en algún momento sacamos los cascos, encendemos el ordenador, el
tocadiscos o el “casete” (en el caso de los fans de lo vintage) y ponemos música, y nos encontramos moviendo los pies en el metro, haciendo un playback en el autobús, bailando con una cuchara de palo mientras hacemos la cena, cantando usando como micrófono la alcachofa de la ducha...y así cada uno de nosotros creamos nuestra propia banda sonora.
Así que esta vez para terminar, le tomo prestadas las
palabras a uno de los directores de Tecapo: “Que la música os acompañe”
(S)