sábado, 8 de noviembre de 2014

Placeres inconfesables

No sé si es por mi educación cristiana pero hoy estoy con ganas de confesar, he dicho mil y una veces que me gustan los pequeños detalles, los pequeños placeres. Sí, pero ¿Qué hay de esos placeres que todos tenemos y que nunca le contamos a nadie, esos, que todos tenemos pero que en público omitimos, ocultamos y hasta criticamos? Hoy placeres inconfesables

El único momento en el que me peino es cuando tengo la cabeza llena de champú, y me hago crestas, por supuesto sin parar de cantar, y es que soy cantante de alcachofa, Vivir asi es morir de amor de Camilo Sesto y Como una Ola de Rocío Jurado son dos de mis grandes éxitos.

Que los domingos de resaca me pongo ciega a comida basura, los Bits de bolsa roja y las Ruffles yorkqueso, son la mayor cochinada del mundo (después de la Coca-cola de cereza), pero me quitan todos los males del cuerpo. Y si puedo acompañarlas de una de esas pelis de las 16:00 de Antena3 fin de semana, no lo haré de ninguna oscarizada.

Que a pesar de que mi casa siempre ha habido Colacao, soy más de Nesquik, y no hay noche entre semana que no me vaya a la cama sin haberme tomado uno.

Nunca me verás sentada en un Starbucks con un ordenador, es más, ese postureo me da urticaria, pero el moca blanco ha conseguido conquistar  a mis papilas gustativas y a mi adicción al café, a pesar de la cual Nespresso no ha conseguido que me parezca más atractivo George Clooney que Adrien Brody, y es que siempre me han gustado las bellezas extrañas.

Soy de llanto fácil, pero odio que la gente me vea cuando lo hago, me parece casi tan íntimo como el sexo. Diferencio el sabor de las lágrimas.

“Nena” es el apelativo cariñoso que más me puede gustar/poner, pero jamás  permitiré que me lo llamen en público.

Que cuando conduzco saco mi vena agresiva, se me cambia el gesto y me salen sapos y culebras por la boca, pero normalmente se me pasa cuando subo el volumen de la música y canto a grito pelado Baby de Justin Bieber (negaré esto hasta bajo juramento).

Siempre callo más de lo que digo, porque “Somos esclavos de lo que decimos y dueños de lo que callamos” y como decía Castelao “Denantes mortos que escravos” (Antes muertos que esclavos)

Me gusta el whisky malo, y más si lo mezclo con redbull.Ambrosía.

Supongo que llegados este punto, la mayoria de vosotros querrá quemarme en la hoguera, pero dadme mis placeres y llamadme bruja.

Porque en el fondo, todos tenemos placeres inconfesables, todos somos unos herejes.

(S)

No hay comentarios:

Publicar un comentario