Soy futbolera, pero que muy, muy futbolera. Desde que era pequeña en mi casa se respiraba fútbol y así he salido. No diré de qué equipo soy, para no crearme 'enemigos' en este blog, sólo diré que la primera vez que vi a mi padre llorar de emoción fue cuando conseguimos la séptima Copa de Europa. Para mí un plan perfecto es una cerveza bien fresquita, o dos, y un buen partido en el que gana mi equipo. Soy así, y quien me conoce lo sabe bien. Pero lo que nunca haré cuando sea madre es la tremenda crueldad que estos padres hacen a sus hijos, a los que sin duda ellos han inculcado la pasión por un equipo...
Ahí va el primer vídeo. Ojo a la crueldad de las hermanas mayores...
Ni pizca de gracia le hace a la pequeña aficionada del Benfica cuando le regalan la equipación del Oporto...
A este pobre madridista, le regalan las botas de Messi y ni se entera
Vaya berrinche se lleva este pobre. ¡Hay que pensar mejor las alineaciones, hombre!
¿Y este? ¿Por qué se ríe su familia?
Súper fan
Y para terminar, os presento un vídeo que resume la emoción del fúbtol
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